El legado de lucha y justicia de Pilar Vera en la aviación

Entrevista en la Revista AeroErmo Edición 51

Entrevista publicado en AeroErmo

En la vida, hay eventos que nos marcan de manera irremediable Para Pilar Vera. el 20 de agosto de 2008 fue un día que cambió su destino. Su sobrina Ana Vera fue una de las 154 víctimas del accidente del vuelo JK5022 de Spanair en el Aeropuerto de Barajas. Desde entonces, Pilar se ha convertido en una incansable luchadora por la seguridad aérea y los derechos de las víctimas de accidentes aéreos en España y a nivel internacional.

Lo que comenzó como una tragedia personal se transformó en un compromiso de vida. En los meses siguientes al accidente, Pilar se involucró en la Asociación de Afectados del Vuelo JK5022, primero de manera espontánea, apoyando a las familias en su duelo y en la búsqueda de respuestas. Poco a poco, fue asumiendo un rol más activo hasta convertirse en presidenta de la organización "Yo no sé cuándo decidí meterme, pero empecé a conocer a las familias y vi su sufrimiento. No podía dar la espalda".

Además de exigir justicia, su trabajo también consistió en impulsar cambios fundamentales en la legislación y protocolos de seguridad aérea. Uno de sus mayores logros fue la creación de una normativa en España para la asistencia a víctimas de accidentes aéreos, una regulación que se convirtió en referente internacional: "Me costó cinco años lograr que en España hubiera un plan de asistencia a víctimas. pero lo conseguimos".

Curiosamente, entes del accidente, Pilar no tenía ninguna relación con la aviación más allá de su amor por viajar "Yo he sido una viajera empedernida, he recorrido el mundo entero sin que me perdieran jamás una maleta", recuerda. Desde joven. su curiosidad la llevó a explorar países de todos los continentes, con especial interés en Asia y América. "Siempre he sido muy exigente con la seguridad en mis vuelos, por lo cual evitaba ciertas aerolíneas y prefería compañías con estándares más altos pero nunca imaginé que mi vida acabaría girando en tomo a la seguridad aérea' Su conocimiento previo como pasajera frecuente le dio una perspectiva única cuando comenzó a enfrentarse a las deficiencias del sistema: "Siempre confié en la aviación, pero cuando empecé a investigas tras el accidente, me di cuenta de que había muchas fallas que nadie estaba dispuesto a corregir Ahí supe que no podía quedarme de brazos cruzados·

Desde sus primeras investigaciones sobre el accidente de Spanair, Pilar se dio cuenta de la complejidad del sistema de aviación y de cómo los intereses económicos muchas veces primaban sobre la segunda. 'Había detalles que me parecían inconcebibles: falta de inspecciones rigurosas, protocolos de emergencia deficientes y una ausencia total de apoyo a las familias de las víctimas". Entre las irregularidades que descubrió, una de las más alarmantes fue que el avión accidentado ya había presentado fallas mecánicas en vuelos anteriores. "No era la primera vez que ese avión tenía problemas; se había registrado un fallo en el sistema de alertas, y en lugar de investigar a fondo, simplemente lo enviaron de nuevo a volar". Además, la investigación reveló que los sistemas de emergencia en el aeropuerto de Barajas no estaban debidamente coordinados: “Nueve personas murieron tres el impacto Porque la asistencia médica tardó demasiado en llegar. Había ambulancias que se perdieron en el aeropuerto porque no sabían dónde ir", agregó. 

La investigación oficial del accidente concluyo que la causa fue un error humano: los pilotos no habían desplegado los flaps y slats necesarios para el despegue. Sin embargo, Pilar descubrió que detrás de esta explicación había una cadena de fallos sistémicos. "No solo fue un error humano, fue un fallo del sistema de seguridad. El avión no tenía un sistema de alerta funcional que avisara de la configuración incorrecta del despegue, y este mismo fallo ya se había reportado en otras ocasiones". Además, la investigación reveló que la aerolínea atravesaba graves problemas financieros, lo que llevó a la reducción de inspecciones técnicas y mantenimiento adecuado. "La precariedad de la aerolínea influyó directamente en la tragedia. No se trató de un simple error de los pilotos, sino de un sistema que no funcionó como debía.

Otro aspecto preocupante fue la forma en que se manejó la Identificación de las víctimas: "Hubo errores en la entrega de cuerpos a las familias. Imagínate el dolor de una familia al enterarse, semanas después, que los restos que recibieron no eran los de su ser querido". Estas deficiencias llevaron a Pilar a denunciar las fallas sistémicas en la aviación española, ya que según ella "no solo fue un accidente sino el resultado de una cadena de negligencias y malas decisiones".

Su lucha la llevó a la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), donde logró la inclusión de la asistencia a víctimas en la normativa global. "Fue un proceso largo y complicado, pero en 2013 logramos que se aprobara el documento que obliga a los estados a garantizar la asistencia a víctimas. Aún quedaba mucho por hacer, pero ya habíamos dado un gran paso". Su Intervención fue crucial para la creación del Día Internacional de la Asistencia a Víctimas de Accidentes Aéreos, conmemorado cada 20 de febrero, una fecha con un significado muy valioso para Pilar ya que pudo lograr establecer un día de concienciación a nivel mundial.

Pero el camino no ha sido fácil. Pilar ha enfrentado la continua resistencia de algunas compañías e Instituciones asociadas al sector. sin embargo, ella no se ha doblegado y ha persistido a pesar de un panorama poco alentador. "Muchas veces me han intentado frenar y hacerme desistir. Me han dicho que estoy perdiendo el tiempo, que el sistema es demasiado grande para cambiarlo, pero yo les respondo que cada pequeño cambio suma, que cada vida que podamos salvar en el futuro justifica todo el esfuerzo". A pesar de los obstáculos, su determinación ha prevalecido. 'Me he encontrado con barreras enormes, con gente que me ha cerrado puertas, pero también con personas buenas que han abierto ventanas cuando no veía salida".

Hoy. a sus 70 años, Pilar sigue liderando la Federación Internacional de Asociaciones de Víctimas de Accidentes Aéreos, asegurándose que ninguna tragedia similar quede en el olvido. "Mi gran preocupación es que todo lo que hemos logrado no se pierda. Por eso estoy trabajando en la creación de una fundación que garantice la continuidad de esta lucha". La fundación busca proporcionar recursos, apoyo legal y asesoramiento a familias afectadas por accidentes aéreos, así como continuar presionando a los organismos Internacionales para que la seguridad aérea sea una prioridad innegociable.

A pesar de los años de lucha, Pilar no planea detenerse: "Me quedan muchas cosas por hacer. Seguiré presionando para que más países implementen planes de asistencia a víctimas y para que la seguridad aérea no dependa de intereses comerciales". Además, busca que la OACI refuerce las auditorías a aerolíneas y aeropuertos: "No quiero que nadie más pase por lo que pasamos nosotros. Si con mi trabajo podemos evitar, aunque sea una sola tragedia, entonces habrá valido la pena". Actualmente, Pilar compagina su activismo con charlas en conferencias internacionales, reuniones con organismos de aviación y apoyo a nuevas asociaciones de víctimas en otros países, asegurando que "mientras tenga fuerzas, seguiré adelante”.