Vuelo PV-4101, Cabo de Tres Forcas (Marruecos) 1998

Tabla resumen

01. ACCIDENTE
02. CAUSAS
03. ATENCIÓN A LAS VÍCTIMAS

01. Accidente

El BAE 146-100, vuelo PV-4101 de la Cía. Aérea Pauknair, despegó del aeropuerto de Málaga con destino a Melilla a las 08.25 horas del 25 de septiembre de 1998, vuelo regular hacia Melilla, con 34 pasajeros y 4 miembros de la tripulación. Unos veinticinco minutos después, el avión se estrella en Cabo Tres Forcas, a unas 8,5 millas náuticas de Melilla, en la localidad de Ich-N-Joua, resultando completamente destruido al impactar con una colina de unos 269 metros de altura.

En todas las comunicaciones que se realizan desde el avión -con el radar de Sevilla, con la Torre de Control del Aeropuerto de Melilla y con otro avión de Pauknair que realizaba el vuelo Madrid-Melilla- no se observa ninguna incidencia directa relacionada con el accidente. La última comunicación del avión con Melilla se produce a las 08.45.41 horas para comunicar su posición. A las 08.49.36 horas (25 segundos antes del impacto) informa al vuelo procedente de Madrid que está a 335 metros sobre el nivel del agua y que hay muchas nubes.PV4101 Pauknair

Sobre las 08.49.42 horas se produce la siguiente conversación entre el comandante y el copiloto: «se ve nada, eh» (comandante) - «No, no se ve nada, eh» (copiloto).

Entre las 08.49.52 horas y las 08.49.53 horas se oyen dos alarmas del GPWS , «terreno, terreno». Entre las 08.49.54 horas y las 08.49.56 horas se escucha dos veces la alarma «Whool, Whool, Pull Up» que se puede traducir como «tire hacia arriba». A las 08.52.39 horas la Torre de Control del Aeropuerto llama al avión sin que obtenga respuesta alguna. A las 09.04 horas el controlador de Melilla solicita a la tripulación de un avión militar que vuela por la zona que sobrevuele los alrededores por si puede aportar alguna información sobre el BAE 146-100. Sobre las 09.17 horas el avión militar informa de que se encuentra sobre el Cabo Tres Forcas, que ve una columna de humo y resto de un avión sobre uno de los picos.

02. Causas

La tripulación creyó que se encontraba sobre el agua y el desarrollo del vuelo en los últimos minutos describe varios cambios de rumbo tratando de buscar referencias exteriores o terrestres, obviando la trayectoria de llegada. Las condiciones meteorológicas no permitían mantener el contacto visual con el terreno, de modo que se debió proceder a un nuevo ascenso.

Como en la mayor parte de las tragedias aéreas, el desenlace final está causado por un cúmulo de circunstancias adversas. En este caso, el detonante de este conjunto de situaciones fue el rumbo que el avión adoptó para iniciar su travesía a Melilla. Algo ese día se salió de lo rutinario porque lo habitual era que, una vez despegado de Málaga, se autorizara rumbo directo a Melilla. Aquella mañana del 25 de septiembre había maniobras militares en el Estrecho y la torre de Málaga indicó al vuelo de la Pauknair que virara a la izquierda y alcanzase su nivel de crucero en rumbo al punto situado en Torre del Mar. Una vez traspasado este punto, se le autorizó directo a Melilla, un rumbo que dirigió directamente a la punta del Cabo Tres Forcas, cuando lo habitual es entrar en Melilla por encima de la playa de Charrani, lo que les indujo a pensar que todavía no habían superado la vertical de la línea de costa, cuando realmente se encontraban en tierra, a menos de una milla del punto más alto del cabo y a casi 500 kilómetros hora.

La investigación oficial fue llevada a cabo por las autoridades aeronáuticas de Marruecos, al caer el avión en su territorio. En el siguiente artículo, escrito en el décimo aniversario, se habla del informe;

http://www.diariosur.es/20080925/melilla/melilla-recuerda-diez-anos-20080925.html

03. Atención a las víctimas

Según publicaron los medios de comunicación, a última hora de la tarde, todos los cadáveres habían sido recuperados y repatriados, siendo llevados a la lonja de Melilla. El día 30 de septiembre, ya se habían identificado todos los cadáveres. Según los informes, todos murieron por un politraumatismo, producido por el golpe.

Unos de los forenses que participó en las tareas de identificación escribió en la revista de Cuadernos de Medicina Forense;

“En estos casos, la burocracia también es lenta, y si tú estas convencido de que puedes y debes colaborar no hay que esperar. Jueces Instructores con no mucha experiencia y el desconcierto de los primeros momentos, pueden provocar que las primeras tareas de: campo, clasificación, y traslado de cadáveres, se realicen sin una metodología  adecuada. Pero sin duda el mayor problema y peligro a la vez, es el intrusismo, punto sobre el que quiero hacer énfasis. Si de algo sirven estas líneas, quisiera que lo fueran para reivindicar competencias claramente médico forenses, pero que la dejación por hacer valer nuestros derechos nos ha conducido a perder. Cuando llegas a las improvisadas "Morgues" y encuentras a más de cincuenta personas, todos con batas, manipulando cadáveres no sólo tomando fotografías o reseña necrodactilar, sino con bisturí en mano cortando la piel en busca de una fórmula dental, y ninguno de ellos es Médico Forense, pienso que algo falla. Por fortuna y acierto la situación se reconduce de forma inmediata, ¿pero que hubiera sucedido si en vez de tardar unas horas llegamos al día siguiente?.”

 

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